martes, 27 de agosto de 2013

Battlefield 1942 ¿Jugamos a la II Guerra Mundial?

Una vez más tenemos entre nuestras manos un shooter que ya desde 2012 podemos disfrutar de este juego de EA/DICE totalmente gratis tanto el modo campaña, como el modo multijugador.




En palabras de Karl Magnus Troedsson, Vicepresidente y General Manager de DICE, “cuando lanzamos Battlefield 1942 hace diez años, teníamos la intención de crear un shooter en primera persona que traspasase las fronteras de la innovación, creatividad y diseño".
"Queremos agradecer el apoyo de los fans durante estos años con el relanzamiento en formato digital de Battlefield 1942. Estamos orgullosos del éxito de Battlefield 3 Premium, ya que nos está ayudando a definir una nueva forma de ofrecer contenido extra de gran calidad a las comunidades de jugadores".




Me ha parecido interesante comprobar como en las reviews de la época y si bien ya lo decían yo lo corroboro, el modo un jugador es un simple entrenamiento sin historia alguna, simplemente vas jugando los mapas que podrás jugar después en el modo Online ya que éste juego estaba básicamente centrado en este tipo de juego. EA y DICE querían apostar por l oque sería el futuro y razón llevaban, los juegos multijugador son actualmente los más demandados y más ingresos les reportan a las compañías ya sean por Freetoplay, cuotas o mercadeo interno.

En él ya tenemos características tradicionales de Battlefield como el uso de vehículos y un claro giro Arcade al género, su ambientación es en la II guerra mundial, y podremos elegir entre el bando aliado o el eje, por otro lado, sus requisitos mínimos y recomendados son de risa hoy en día y se verá bien incluso en tu netbook.

Requisitos mínimos: PIII 500, 128 Ram, aceleradora 3D 32 MB compatible Direct 3D, 1.2 GB libres de disco, ratón y tarjeta de sonido.

Requisitos recomendados: PIII 750, 256 RAM, Geforce 2 Pro 64




LowCostGames

martes, 13 de agosto de 2013

Maldita Castilla [Tributo Ghost'N Goblins]

For God and Castile!
Entre la siempre ruidos marabunta de lanzamientos navideños, se cuela para júbilo de los más veteranos del lugar la última obra del malagueño Locomalito y su socio de juergas Gryzor87, el esperadísimo para no pocos Maldita Castilla. Este joven autor, curtido en las sagradas huestes de los salones recreativos y las maravillosas piezas de culto de los míticos ordenadores y consolas de ocho y dieciséis bits, ha homenajeado en varias ocasiones a títulos como GradiusGalaga o al mismísimo Jet Set Willy. Y ahora, le toca el turno a Ghosts'n Goblins, realizando un magnífico remedo del clásico de Capcom a la par que le otorga una indiscutible personalidad marca de la casa.
El ambiente del programa es perfecto: desde que comienza a ejecutarse el archivo, la pantalla de inicio imita el arranque de una placa arcade, cargando las memorias y tal. Igualmente, el formato elegido en términos de imagen (configurable de manera independiente) emula de manera sobresaliente el efecto de una vieja televisión de las que lucían los muebles de las recreativas, yendo más allá del consabido scanline para dar un pequeño efecto de curvatura y brillo que le viene como anillo al dedo. Todo esto, lejos de molestar un ápice, consigue elevar a la categoría de genialidad el homenaje perpetrado por Locomalito.
Pero vayamos al grano, y dirijamos nuestras miradas hacia lo que es el juego en sí. Aquí, desde el mismísimo título, pasando por la pequeña cinemática de presentación hasta lo que es el mapa que sirve de prólogo a cada fase destila sabor arcade por los cuatro costados. Pero cuando comienza la acción, es imposible evitar pensar en los clásicos de Capcom protagonizados por Sir Arthur, moviéndonos en un contexto algo más que similar con el simpar Don Ramiro buscando deshacer el mal que mantiene embrujado a todo el reino de Castilla. Jugabilidad a la japonesa con ambientación castiza... ¿quién da más?.
Sus gráficos, recreando a la perfección los píxeles de antaño (muy al estilo de los 225x224 del viejo Ghosts'n Goblins), nos hace viajar directamente a aquella primera mitad de los ochenta en la que nombres como Black TigerKarnov Tiger Road inundaban los tugurios de vicio y perversión que eran los salones recreativos. Tal vez los gráficos no sean tan llamativos como la homenajeada vieja gloria de Capcom, pero el resultado es impagable -e inconfundible- en todos los sentidos. Detallados y simpatiquísimos personajes, escenarios realizados con mucho mimo, enemigos ciertamente carismáticos... y, por encima de todo, unas animaciones suaves e idóneas para el estilo de juego representado.
En este sentido, la mecánica no hace fisuras por lado alguno, siendo complicado encontrarle algún lastre salvo que seamos funestamente malos jugadores. Y conste en acta que no se trata de un arcade sencillo, ni mucho menos, puesto que exige de medio a medio un mucho de dedicación a la par que bastante habilidad y reflejos de la vieja escuela. Como si del tiempo dependiera de cara a ganar más monedas de veinticinco pesetas, Maldita Castilla pide precisión y dedicación, aprender de los patrones enemigos y ser maestros en el arte del buen saltar. Esto no se traduce en otra cosa que vicio sin parangón, digno de esos artistas de la jugabilidad que tan fabulosamente representaban al ocio electrónico de hace tres décadas.
El aspecto sonoro es también como para quitarse el sombrero. El joven Gryzor87 ha sabido plasmar de manera maravillosa los soniquetes FM que tanto usaban las placas ochenteras, creando para la ocasión una banda sonora que, de haber salido por aquellos entonces a buen seguro que hoy alcanzaría la vitola de mítica. Este talentoso compositor no solo demuestra una vez más su maestría a la hora de escribir partituras repletas de matices y consistencia, sino que, además de emular los timbres de los viejos chips, capta ese saborcillo al antiguo Capcom que, para qué nos vamos a engañar, es capaz de poner los pelos de punta en el mejor de los sentidos. Lo mismo para los efectos de sonido, clásicos a más no poder e idóneos como pocos.
Pero más que los pixelados gráficos dibujados píxel a píxel, más que unas partituras con la sonoridad del hardware de otra época... Maldita Castilla es la pura esencia de la jugabilidad que siempre ha caracterizado al videojuego. Un estilo de entender el ocio electrónico absolutamente basado en el reto, en la exigencia de cara al usuario de afrontar una prueba en la que verdaderamente debe demostrar su valía, lejos de los anodinos paseos de hoy día en los que se trata de evitar cualquier tipo de frustración al jugador. Locomalito, como ya hiciera con sus anteriores producciones, restriega los dantescos rollazos que en la actualidad se camuflan entre tanto artificio de cartón-piedra, mostrando cómo se hace de verdad un videojuego que responda al concepto más esencial que lo define como tal. Pura y durísima magia.
Conclusión
Me gusta tratar a Maldita Castilla con cierta dualidad... primero, como si se tratara de un arcade de 1985, situación en la que, por méritos propios, llegaría a ser considerado como un grande a la altura de Ghosts'n Goblins o Rygar. Por otro lado, y como lanzamiento actual, Maldita Castilla es un ejemplo de lo que debería ser un juego de los autodenominados "independientes"... lejos de subirse al carro de la corriente artística por la que se nos venden decenas de motos en forma de juegos poco potables y realizados con total falta de escrúpulos, llega un Locomalito que, por puro amor al arte, nos planta un juegazo de tomo y lomo... que más allá de apuntarse a la moda de lo retro para camuflar sus carencias en términos de desarrollo, homenajea de la mejor manera posible (y con mucho amor de por medio) a los clásicos con un contundente golpe sobre la mesa en forma de jugabilidad sin parangón y buen hacer en todos y cada uno de los sentidos que conforman este Maldita Castilla. O sea, una maravilla, por muy pixelada que esté.